¡Saint Seiya!
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Mensaje por Invitado Vie Jul 22, 2016 12:42 am

Aisha de Wyvern
"Hunting's more than just killing for the food"

● Nombre: Aisha
● Apellido: Nordskov
● Edad: 22 años
● Grupo: Espectros
● Clase: Jueza del Inframundo
● Armadura: Surplice de Wyvern
● Género: Femenino
● Orientación Sexual: Heterosexual
● Nacionalidad: Feroesa
● Ocupación: Guardiana de Caína y comandante de un tercio del ejército de Hades

―Personalidad

Cruel, temeraria, embustera, orgullosa pero por sobre todo fiera, tal como anuncia desde el inicio el título de la estrella que la ampara. A pesar de su corta edad Aisha es una guerrera consumada tanto en poderío como en determinación. De entre las huestes del inframundo, a Wyvern se le conoce por su férrea lealtad a la causa de Hades más también por sus viscerales estallidos de furia, por su eterna negativa a hincarse o responder de buena gana ante cualquiera que no sea el propio dios o su sacerdotisa y por el fervor natural que muchas veces se traduce en impaciencia. Para cualquiera tan pintoresca lista de vicios sería un perjuicio, el anuncio de una muerte segura a quien lleve dichos lineamientos como su estandarte, sin embargo para la sierpe de Caína sus defectos son más bien virtudes...aquello que mantiene con filo sus garras y colmillos y que la hace merecedora de uno de los tres asientos que se encuentran casi en la cima de la jerarquía espectral.

Aunque confiada de sí misma, Aisha está también muy consciente de que más allá de las tierras que llama hogar existen y surgen cada vez más con el pasar de los días pilares de poderío tan altos como el propio o inclusive más allá, existencias que de hecho son amenazas... vidas que ella, excitada, considera desde su perspectiva como las mejores presas a las que apuntar, pues una cacería realizada con apabullante ventaja es inútil y aburrida.

Como persona es casi insensible, antipática, orgullosamente libre de las preocupaciones mundanas que azotan a la especie por más que en sus momentos de mayor aburrimiento insista en imitarlas burlonamente, esto deja ver que más allá de su papel como espectro yace una humana descompuesta, vacía de aspiraciones que no sean las de imponer y propagar su credo o destruir, solo capaz de antagonizar. Hacia sus hombres y compañeros el trato no cambia sustancialmente, ya que en general considera a sus iguales como competencia directa y a los subordinados como piezas que para probar su utilidad deben ser constantemente puestas a prueba a base de peligrosas misiones y férreo liderazgo.

A estas alturas resultara bastante obvio ya, pero aun así es necesario mencionar la manera en que la Wyvern comprende y encara la batalla: para Aisha el calor del combate es lo único capaz de estimularla lo suficiente para hacerla sentirse viva de verdad, el frenesí violento que la envuelve toda vez que encuentra un rival difícil es su droga, el alimento de su insaciable bestia interior, mientras que extinguir las vidas y los sueños de tales sujetos al tiempo que riega su sangre por el terreno es su más preciado postre. Antes regida por leyes humanas, considerada un monstruo sádico desde muy temprano en su existir, en el presente nadie debería culpar a una doncella que labra diligentemente el camino para el reino de su dios... ¿verdad?

―Historia

Hay quien dice que los orígenes de aquellos que andan por el camino de la maldad son siempre oscuros o cuando menos tormentosos. Infancias traumáticas, accidentes trágicos o situaciones que son tan difíciles de soportar que terminan arrancando por completo las esperanzas de los corazones jóvenes son comunes entre los humanos más siniestros...sin embargo existen aquellos cuya alma ya nace descompuesta, bestias que, alevosas, se esconden entre la sociedad con disfraces de persona, criaturas que no dependen de un catalizador para hacer crecer su oscuridad y que están siempre acechando.

Aisha es precisamente una de estas existencias, pues nació sana bajo el amparo de una familia llena de amor y libre de carencias, aceptada por sus padres y destinada a una vida por demás cómoda. Todo en la rubia parecía normal... al menos los primeros días. Pronto la criatura comenzó a exhibir un comportamiento rebelde, al inicio acorde a su edad, pero conforme pasaban los meses sus rabietas iban volviéndose más violentas y erráticas, casi salvajes, llegando al punto de que cuando la niña estuvo en edad de empezar su vida escolar sus padres acordaron que lo mejor era contratar a una institutriz privada para mantener a su hija alejada de problemas.

Al principio la nueva etapa fue difícil tanto para la alumna como para la maestra, peligrosa también para esta última en más de una ocasión pues Aisha solía jugarle bromas demasiado pesadas, como si de hecho intentara dañarla con toda intención, más en un logro que fue totalmente sorprendente para los progenitores la mujer terminó por labrar un sendero de entendimiento hacia la menor. A partir de ese momento la chica fue controlándose progresivamente, concentrándose en aprender cosas fascinantes y dejando volar su mente con historias de mundos lejanos, enamorándose de artes como la lectura y la música. Tan grande fue su cambio que sus padres inclusive aceptaron gustosos cuando Aisha entusiasmada pidió sumar a sus clases regulares la práctica de esgrima como aficionada. ¿Quién iba a pensar que todo aquello era solo la maquiavélica calma que antecede a la tormenta?

La jovencita se había portado como una hija modelo, sí, pero incapaces de percibir la naturaleza espiritual de las cosas sus padres ignoraban que la que se paseaba ante sus ojos no era más que la incubadora con forma humana de un mal visceral. La sierpe que se gestaba en el interior de Aisha estaba ansiosa por destruir, y cada vez más susurraba más fuerte hacia la única que podía escuchar su voz ceceante. Llegó entonces el punto de inflexión entre la vida de la humana y el destino de la juez, un punto en el que los susurros se volvieron visiones confusas que bien podían ser confundidas con sueños, pero que a la vez devolvían a su objetivo la oscuridad primordial que parecía haber olvidado una vez despertaba.

Durante una noche de tormenta Aisha simplemente se levantó de la cama y guiada por su propio instinto anduvo hasta la cocina de su hogar para tomar uno de los tantos cuchillos que dormían ahí, ya teniendo un medio simplemente se dirigió hacia la alcoba de sus padres y, tras un poco de esfuerzo, logró abrir la puerta que le permitió entrar y masacrarlos sin que pudieran detenerla.

¿Por qué lo hizo?

“Por aburrimiento” respondería una psicópata, mientras que una poseída se echaría a llorar o a reír descontrolada, no obstante la que había perpetrado tan atroz crimen tenía otra cosa en mente...aquel par de cuerpos que yacían sangrantes frente ella eran estorbos, lazos que la mantenían atada a una jaula de concreto y varilla, incapaces de entenderla. Con su instructora al menos tenía retos mentales, pero su familia no le había aportado nada que ella valorara.

Su acto fue además una forma de bautizo personal, el acto que serviría de inauguración para por fin entenderse por completo a sí misma. En ese preciso momento entendió que la voz que antes percibía como acompañante dentro de sí no era otra que la propia...que la llamada sierpe era Aisha, y que Aisha no había nacido para enclaustrarse en una vida de conformismo y simpleza. Esa misma noche la rubia salió de la casa familiar para nunca volver, como la mariposa que deja su crisálida atrás una vez que esta ha cumplido su propósito, y se internó en la oscuridad del bosque...

Al no poseer más familia que quienes asesinó nadie se preocupó por buscarla, así mismo cuando los cadáveres de sus progenitores fueron encontrados las autoridades asumieron que el destino de Aisha no había sido muy diferente, no obstante aun cuando alguien más espabilado hubiese albergado duda alguna sobre el paradero de la huérfana y hecho el esfuerzo de buscarla, pronto se habría encontrado ante el muro imponente de la desesperanza.

La despertada Sierpe, pues, continuó andando más allá del alcance de cualquier poder humano, guiada por las imágenes de su mente y sus instintos, reconociendo en la tierra infértil y oscura cicatrices dejadas por choques de vidas muy anteriores a la suya. Antes de lo imaginado sus ojos encendidos en ámbar encontraron un paraje desolado que antes solo habría podido imaginar, y ante ella apareció una puerta de vetusta arquitectura con la inscripción “Aquel ser que entre deberá abandonar toda esperanza”.

Cara a cara con su destino, Aisha solo avanzaría de ahora en más, levantándose de entre las huestes de demonios y perdiciones, imponiéndose a las criaturas malditas para amenazar al cielo con sus alas extendidas. La combinación de humana y sierpe dio paso a la llegada de la jueza del inframundo a través de un duro entrenamiento, y como guerrera de élite al servicio del dios de los muertos la doncella espectral su sumaría a las filas de este en la guerra contra Athena comandando aproximadamente un tercio del ejército de no muertos. Tras algunos años en que se dedicó a potenciar sus capacidades y a comprender la nueva situación del mundo al tiempo que lo recorría, la Wyvern estaba lista para desatar su juicio una vez más...

―Extras

1.- Desde su temprano despertar ha viajado por diversas partes del globo buscando y llevando consigo a quienes presenten el signo de la estrella maligna, uno de estos individuos es el actual espectro de Basilisco.

2.- Cuando eleva su cosmoenergía lo suficiente esta se presenta como un aura purpúrea, más la sensación que emana de ella no es cálida, sino fría y de desolación, semejante al viento del inframundo que castiga a los herejes o al aliento de un dragón espectral.

3.- Constantemente da muestras de ser versada en el combate con armas blancas e inclusive no es raro verla llevando consigo una espada o una lanza de colores muy similares a su surplice, no obstante cuando llega el momento de luchar, manejada quizás por el orgullo, gusta de confiar solo en sus propias extremidades y la potencia de su cosmos.

4.- Prefiere presentarse a sí misma como “Sierpe” o “Wyvern” antes que usar su nombre humano.

5.- Gusta de contemplar el sufrimiento ajeno, especialmente si ella lo ha provocado.

6.- Como en cada nueva generación, la surplice de Wyvern se ha adaptado a la constitución y género de su dueña, tomando una forma más estilizada y menos tosca.
Armadura:

―Registro

● Nombre Original: Jeanne d'Arc (Alter)
● Anime - Manga - Artista - Juego: Fate / Grand Order
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Mensaje por Killias Vie Jul 22, 2016 4:20 am

¡FICHA ACEPTADA!
¡Excelente ficha! ¡Muchas gracias por registrarte!
Espero nos ayudes a hacer crecer aún más este foro.

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